Arte en Jerez
11:28¿Qué se puede esperar de una ciudad en la que los caballos danzan y el flamenco es un modo de vida?
Jerez de la Frontera , la ciudad más señorial entre todas las ciudades señoriales. Vamos a recorrerla y a explorarla, a disfrutarla como dios manda: con mucho arte.
EL ALCÁZAR
Mientras paseamos de camino al monumento más antiguo de Jerez, su Alcázar, aprendemos sobre los orígenes de la ciudad, que se fundó a partir de la invasión musulmana en el siglo VIII.
Fueron los árabes quienes le dieron forma, comenzando por construir los 4 kilómetros de muralla, 79 torres defensivas y 4 puertas de acceso que delimitaban el Alcázar, levantado ya en el siglo XII. Un buen resumen de lo que fue el corazón de Jerez y uno de los mejores ejemplos de arquitectura almohade de la Península.
En su interior aún se conservan la mezquita, los baños árabes, los jardines andalusíes y el alminar. ¿Una curiosidad? El momento de la Reconquista -1264-, la ciudad se había desarrollado hasta el punto de contar con más de 20 mil habitantes y 18 mezquitas, la mayoría de las cuales acabaron transformándose en iglesias.
LA CATEDRAL
Ese fue precisamente el caso de la catedral, levantada donde en su día estuvo la mezquita mayor y visible desde la alameda que rodea el Alcázar.
Mandada construir como colegiata por Alfonso X, no fue hasta 1980 que por fin obtuvo, gracias al Papa Juan Pablo II, su categoría actual. Su fachada es una explosión de elementos góticos, barrocos y neoclásicos y su interior, dividido en cinco naves, atesora una de sus grandes joyas: La Virgen Niña de Zurbarán.
Pero caminar por las calles del centro de Jerez significa saltar de época en época a través de sus edificios. Así nos topamos con comercios que esconden en sus entrañas trozos aún conservados de la antigua muralla –digamos, por ejemplo, La Moderna, un clásico bar de tapas de la Calle Larga -, pero también con inmensos palacios del siglo XVIII que en su día pertenecieron a la burguesía de la ciudad: el del Virrey Laserna , el de Domecq o el de Pérez-Luna son solo algunos de ellos.
El aire andaluz se hace evidente en rincones como la Plaza Plateros, donde antiguamente había un mercado de frutas y verduras, en la Plaza de la Asunción, en sus calles repletas de naranjos o en los hermosísimos Claustros de Santo Domingo, del siglo XIII. Aunque donde de verdad se respira Jerez, es en sus barrios.
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